Vamos a dejarlo claro desde un principio: Google Cardboard funciona. La compañía ha demostrado que la realidad virtual y los precios altos no tienen motivo para ir de la mano. Sí, Oculus Rift nos fascinó -como puedes comprobar en este análisis-, y esperaremos impacientes a que Sony nos enseñe su Morpheus... Mientras tanto, con Google Cardboardnos quitamos el sombrero.
Mediante un Kit DIY (Do it yourself, hazlo tú mismo), Google nos pone la realidad virtual en la palma de la mano. Y antes de que lo preguntéis: no, no son unas gafas rojas y azules como las de los cines.
Nos hemos hecho con un prototipo oficial de Google para problaro, y he aquí nuestras conclusiones.
Google Cardboard cuenta con tres componentes esenciales: el imán, las lentes y el smartphone. El imán, situado en el lateral izquierdo del visor, permite interactuar con el smartphone sin tocar la pantalla para nada.
Se trata de un anillo de neodimio magnético que se mantiene en su sitio gracias a un imán pegado en la cara interna del visor. Al moverlo, el imán cerámico interno influye sobre la brújula del smartphone y éste reacciona.

En cuanto a las lentes, están para dar la sensación de profundidad. Los campos de visión para el ojo izquierdo y derecho están delimitados por una franja de cartón separatoria en el centro de las gafas. Los cristales crean un efecto lupa, así que es bastante importante que nuestro teléfono tenga una concentración más bien alta de píxeles por pulgada para usar Google Carboard.
Y es que funcionar, funciona, pero las pruebas con un Samsung Galaxy S3 (no es precisamente el último modelo) no tienen nada que ver con las que hemos podido llevar a cabo con el One Plus One.

Y aquí es donde entra el smartphone. De momento ya existen unas cuantas apps que permiten comenzar a explotar las posibilidades del Cardboard, pero la más importante es la que Google lanzó como oficial y que se llama así, "Carboard". Os dejamos un vídeo de los chicos de TechCrunch que hace un repaso gen
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